Los valles estrechos que componen la comarca, la poca densidad de población, que gran parte de la comarca sea zona ZEPA (zona de especial protección para aves) o LIC (lugar de interés comunitario) y la gran conservación del bosque mediterráneo con influencias atlánticas, han llevado a las Hurdes en convertirse en un paraíso para la observación de aves.
Las dos especies diurnas más emblemáticas son, sin duda alguna, el Buitre negro (Aegypius monachus) y la Cigüeña negra (Ciconia nigra), ambas en peligro de extinción y de fácil avistamiento. Entre las rapaces nocturnas es destacable la presencia de Cárabo común (Strix aluco), fácil de escuchar en la noche y cerca de las pequeñas poblaciones de las Hurdes.
Otras muchas especies de grandes aves, protegidas y en peligro de extinción, también se encuentran y nidifican en la comarca: Búho Real (Bubo bubo), Águila real (Aquila chrysaetos), Águila calzada (Hieraaetus pennatus), Azor (Accipiter gentilis), Elanio Azul (Elanus caeruleus), Garza imperial (Ardea cinerea), Halcón peregrino (Falco peregrinus) Gavilán (Accipiter nisus), Ratonero común (Buteo buteo), Buitre leonado (Gyps fulbus) Alimoche (Neophron percnopterus), Águila culebrera (Circaetus gallicus), Milano Negro (Milvus migrans), Águila perdicera (Hieraaetus fasciatus), y otras especies de águilas, azores, autillos etc.
Entre los diferentes tipos de pequeñas aves son cientos las especies, difícil de enumerar todas. A destacar Garza real (Ardea cinerea), Mirlo acuático (Cinclus cinclus), Lavandera boyera (Motacilla flava), Herrerillo común (Parus caeruleus), Herrerillo capuchino (Parus cristatus), Chotacabras ( Caprimulgus ruficollis), Pico picapinos (Dendrocopos major), Pitoreal (Picus viridis), Arrendajo (Garrulus glandarius), Mirlo común (Turdus merula), Abejaruco común (Merops apiaster), Roquero solitario (Monti cola solitarius), Acentor común (Prunella modularis), Petirrojo (Erithacus rubecula), Colirrojo tizón (Phoenicurus ochrurus), Perdiz roja (Alectoris rufa), etc.
Varias son las zonas donde son especialmente fácil de avistar, algunos diseñados para ellos, como el Muladar de «Larguijo» o el mirador de la cascada de los Ángeles. El turismo rural es la mejor forma para disfrutar de este escaparate que nos proporciona la naturaleza; de unos días de paz, tranquilidad, huir de las masificaciones de las grandes ciudades. Bien sólo o viajando en familia.
«Casas rurales Extremadura os invita durante el mes de febrero a conocer la FIO y el norte de Cáceres»