Casas rurales en Extremadura hoy quiere compartir con vosotros los beneficios de estar en contacto con la naturaleza, una necesidad que para algunos humanos se hace muy palpable, se hace vital para la propia existencia, ese es nuestro caso, aunque realmente esto le pasa a todo el mundo, lo único que quizás tú no te hayas dado cuenta pues no tienes con que contrastar.
En el año 2000 llegamos a las Hurdes, la mejor decisión que tomamos en nuestras vidas, al principio todo era nuevo y curiosear ocupaba gran parte de mi tiempo, recuerdo que un día entré en el pequeño cementerio de Horcajo, me quedé sorprendido, un gran porcentaje de las personas que allí se hayan pasaban de los 80 años con creces, muchos de 90 e incluso algunos de más de 100, tan sólo dos personas no llegaban a esas edades. ¿Por qué sería esta anómala longevidad? Aquí en años pasados la dieta no era muy variada y el acceso a las medicinas complicados.
Muchos fueron los años que vivimos en la gran ciudad, pero nos criamos en el campo, en nuestro caso en Madrid capital, allí teníamos nuestro trabajo, aunque pasados unos años tuvimos que cambiar nuestra residencia a la zona de la sierra, era una necesidad enfermiza, no sabemos muy bien como explicaros esa demanda que necesitábamos, era como esos días que tú cerebro precisa azúcar y no sabes muy bien como acabas entrando en una pastelería y te ves comiendo un dulce.
En invierno era poco el tiempo que teníamos para disfrutar de la bonita naturaleza de estos parajes de la sierra del Guadarrama, tan sólo los fines de semana que aprovechábamos muy bien, en verano con los días más largos los paseos diarios nos hicieron conocer lugares increíbles. Nos dimos cuenta desde el principio que en las estaciones donde los días eran cortos, nuestro humor, la creatividad e incluso las ganas de hacer algo iban disminuyendo según discurría la semana; eso seguro a muchos de vosotros que vivís en la gran urbe, pero a las afueras o cerca de zonas verdes, os pasa y lo achacáis, como nosotros lo hacíamos, al cansancio acumulado. Pero si sois lo suficientemente observadores, veréis que una vez llegado la primavera y el verano, meses donde posiblemente durmamos menos, paseemos más por nuestro entorno e incluso hagamos más ejercicio, por lo tanto nos cansemos más, esta «agonía» de final de semana se acabe.
El cerebro no es una máquina infatigable, si detenemos su actividad, su trajín diario y lo sometemos al relax que proporciona la naturaleza nuestro rendimiento mental aumenta, un 50% en creatividad y más de un 16% en reducción de estrés. Strayer, psicólogo de la universidad de Utah, llegó a estas conclusiones, tras analizar y someter a estudio a decenas de jóvenes problemáticos, el trabajo consistió en analizar mediante un encefalograma en el entorno de la ciudad y compararlo después de estar tres días en contacto con la naturaleza. ¡ por fin resolvíamos científicamente lo que nos pasaba en los meses que menos contacto teníamos con ella!
Otros estudios muy serios como los de la Facultad de medicina de Exeter, Inglaterra, han analizado la salud mental de 10.000 urbanitas, durante 18 años, llegando a la conclusión que los que viven cerca de la naturaleza, refieren menos problemas mentales y tienen más longevidad, en Holanda se llevó acabo otro estudio parecido y la conclusión era que mejoran o desaparecen dolencias como la migraña, depresión, ansiedad, diabetes, asma e incluso enfermedades vasculares. ¡increíble¡
¿pero para ello se necesitará mucho tiempo?.
Cuarenta minutos al día o un día por semana, es lo necesario para ello, al menos es lo que refleja el estudio de la estresada población de Japón, llevada a cabo por la universidad de Chiba. Este tiempo sirve para bajar un 16% el nivel de cortisol (la hormona del estrés) un 2% la presión arterial y un 4% la frecuencia cardiaca.
Como no es cuestión de atiborraros con más datos, tan sólo mostraros los beneficios de hacer una escapada rural, de mantenerse continuamente en contacto con la naturaleza, aunque si queréis profundizar los podéis hacer en la prestigiosa revista National Geographic en el número de enero de 2016.
No dudes en hacer turismo rural, de sacar a tu familia de la monotonía, de dejar el teléfono móvil aparcado al menos un día a la semana, olvidarte del jefe y los problemas del trabajo, que tú hijo desconecte del ordenador, de los estudios y de la Tablet, es una inversión en salud.
Lo dice la ciencia, y el sentido común. La naturaleza calma. Estar junto a ella es entender cabalmente quienes somos y por qué estamos en este mundo.
Os doy gracias por hacernos conocer estos maravillosos lugares.
Hola amiga Grace, gracias a ti por tus maravillosas palabras, y si debería ser de sentido común que si no podemos vivir en ella al menos programar ciertas visitas, pero ya sabes, este no siempre es el más común de los sentidos, y durante muchos años los grandes lobbys del turismo nos hacen creer que es de cateto ir al campo y a la naturaleza, y lo peor de todo es que mucha gente se lo ha creído…