Matanza tradicional Hurdana «fiesta de interés» 2017

Cerdo, puerco, cochino, gorrino, guarro, lechón, chancho, son muchos de los nombres que se le da a este animal, Sus scrofa ssp Domestica (nombre científico). Se han escrito libros, poesías,  cuentos para niños, realizados peluches, muñecos, dibujos animados, es uno de los iconos de nuestro país gracias a sus ricos derivados… las Hurdes le rinde homenaje.

Cada certamen esta fiesta cultural, folclórica y gastronómica reúne cada vez a más y más adeptos, este año nos toca en el municipio de Caminomorisco; el próximo sábado día 11 de marzo se celebra la representación de la matanza tradicional, un homenaje a este animal que tanta y tanta hambre ha apaciguado en el mundo, y como no, también en nuestra querida comarca de las Hurdes.

Matanza tradicional Hurdana

Matanza tradicional Hurdana

Su origen es la domesticación del cerdo salvaje o jabalí, hace más de 13000 años en el lejano oriente, desde donde llegó a Europa, así lo demuestra análisis de ADN de restos óseos de la época neolítica. Jabalí que abunda en la comarca, convirtiéndose en el mamífero salvaje más abundante, ansiado por los cazadores su trofeo, que esperan ansiosos a que se realice alguna montería en alguno de los cotos que abundan en las Hurdes; odiado por los agricultores a los que diezman considerablemente sus cosechas, dañando a veces sin posible reparación los cerezales de la comarca.

Durante siglos, en el mundo rural, no había casa donde no se criara uno o varios cerdos, mimándolos durante meses hasta llegar los meses fríos del invierno, época de matanza en donde eran sacrificados para llenar las alacenas, con sus ricas carnes. Chorizos, tocinos, jamones, lomos, salchichones… todo se aprovecha del cerdo.

Ricas chacinas cuelgan de la vara

Ricas chacinas cuelgan de la vara

Hoy día en la comarca extremeña de las Hurdes, aún se sigue esta tradición, los animales se alimentan de productos naturales, sobras del huerto, de comida, se les siembran pequeños terrenos con maíz para su aporte de cereal, calabazas …

Cuando llega la hora, toda la familia se reúne para sacrificar al animal, con respeto, mis ojos han vistos a hombres rudos derramar alguna lágrima a la hora de matar al «compañero», que cuidó durante mucho tiempo, a veces incluso ayudó a nacer. Quizás y sólo quizás “debe ser el sentimiento del león al matar a su presa”.

Una jornada de matanza es dura, de ahí que se tengan que reunir varias personas, se empieza temprano, con el sacrificio, lo primero recoger la sangre, quitar todo el pelo, despiezar el cerdo, picar la carne, guisar, deshacer tocinos, embutir, salar… lo bueno era que siempre había comida, lo que en época de hambre representaba una jornada festiva.

Todo esto es lo que se representa durante la matanza tradicional hurdana, con la ayuda de la asociación de mujeres, las cuales rifan a precios muy económicos las chacinas, carnes y jamones del cerdo. Para el turista que nunca lo haya visto es algo que permanecerá en el recuerdo, que nos hará pasar una buena jornada y una cosa cultural que deberemos explicar bien a los peques de la familia, pues muy probablemente, lo que acaban de ver acabará en los libros de historia y nada más.

Grandes parrillas asan la ricas pancetas, lomos y chorizos, asados que se regalan al visitante, comidas típicas de época de matanza, como las migas o la ensalada de naranja, también se podrán degustar de forma gratuita.

 

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